Alexandra Gravas is an artist of the highest level. What impresses me the most about her is her awareness of who she is and what she exists for. She is an example of iron will, as she was able to overcome a serious vocal condition that came close to removing her from the stage. Also, I underline her simplicity, her skill with people and her cordiality, which generates a positive and immediate feedback. Her cultural level is very solid, allowing her, coupled with her good memory, to be able to converse on various topics, with authentic knowledge of the facts. In addition, she shows great respect for her companions, since she knows that it is essential to have efficient instrumentalists to achieve team success. And, of course, above all she privileges the audience. In an era in which art is usually seen with disdain. Alexandra lives and works to move those who listen to her and puts all her effort towards that.
Indeed: Alexandra Gravas moves and leaves a mark, fundamentally because, although in this production almost all the songs are well known, she achieves the magic of freshness in her interpretation. She sings what many do, but she does it like no one else… with a style that cuts across genres, and makes her incomparable. How to sing Cucurrucucú paloma, by Tomás Méndez, without looking like Lola Beltrán, a Mexican vernacular interpreter, who died in 1996? Alexandra accepts the challenge, succeeds and signs a new “definitive” version.
To complete a production of great brilliance, Alexandra Gravas turns a poem by Chilean Pablo Neruda into a song, which is surrounded by the music of Theodorakis, a political activist who is considered a glory of the Hellenic country. But if Mikis Theodorakis enjoys the respect and admiration of his compatriots and audiences around the world, Alexandra is on her way to consolidating her international career and confirm that, with her personality and vast qualities, she is a worthy ambassador for Greece.
Love is Life is added to a discography that honors, mainly, european talent; but Alexandra has turned to see Mexico and Latin America with a view of the new continent, a reason to refresh her repertoire and an opportunity to get new and enthusiastic recognition.
True that Love is Life, but also true that, for Alexandra Gravas, music is the love of her life.
Germán Palomares Oviedo
Mexico City, Spring 2021
Alexandra Gravas es una artista de altísimo nivel. Lo que más me impresiona de ella es su conciencia de quién es y para qué existe. Es ejemplo de voluntad férrea, pues fue capaz de sobreponerse a una grave afección en su garganta que estuvo a nada de retirarla de los escenarios. También, subrayo su sencillez, su don de gentes, su cordialidad, que le genera una positiva retroalimentación inmediata. Su nivel cultural es muy sólido, lo que le permite, aunado a su buena memoria, poder conversar, de diversos temas, con auténtico conocimiento de causa. Además, muestra un gran respeto por sus acompañantes, pues sabe que es imprescindible contar con instrumentistas eficientes para conseguir el éxito en equipo. Y, desde luego, privilegia al público por sobre todas las cosas. En una época en la que el arte suele verse con desdén. Alexandra vive y trabaja para conmover a quienes la escuchan y en eso empeña todo su esfuerzo.
En efecto: Alexandra Gravas emociona y deja huella, fundamentalmente porque, aunque en esta producción casi todos los temas son muy conocidos, logra la magia de la frescura en su interpretación. Canta lo que muchos, pero lo hace como nadie… con un estilo que traspasa los géneros y que la hace incomparable. ¿Cómo cantar Cucurrucucú paloma, de Tomás Méndez, sin parecerse a Lola Beltrán, intérprete vernácula mexicana fallecida en 1996? Alexandra acepta el reto, sale airosa y firma una nueva versión “definitiva”.
Para culminar una producción de gran brillo, Alexandra Gravas convierte en canción un poema del chileno Pablo Neruda, al que envuelve la música de Theodorakis, activista político que es considerado como una gloria del país heleno. Pero si Mikis Theodorakis goza del respeto y admiración de sus compatriotas y de públicos de todo el mundo, Alexandra está en el camino de consolidar su trayectoria internacional y de ratificar que, con su personalidad y vastas cualidades, es una digna embajadora de Grecia.
El amor es Vida se añade a una discografía que honra, principalmente, al talento europeo; pero Alexandra ha volteado a ver a México y a Latinoamérica con una mirada que indaga y que encuentra en la vena musical del nuevo continente, una razón para refrescar su repertorio y una oportunidad para conseguir nuevos y entusiastas reconocimientos. Cierto que EL AMOR ES VIDA, pero cierto también que, para Alexandra Gravas, la música es el amor de su vida.
Cierto que El amor es Vida, pero cierto también que, para Alexandra Gravas, la música es el amor de su vida.
Germán Palomares Oviedo
Ciudad de México, Primavera del 2021